Colombia cuenta con óptimas condiciones climáticas por encontrarse situado en la línea del ecuador, por su diversidad de pisos térmicos, alturas y trópico, además de un marco legal establecido por el Gobierno Nacional que proporciona todas las condiciones para el desarrollo del negocio del cannabis medicinal. Los bajos costos de producción y la disponibilidad de mano de obra que ofrece Colombia, son una gran oportunidad para desarrollar esta industria para el mundo.
El marco regulatorio aprobado en Latinoamercica, proporciona un gran auge de la agroindustria en nuestro paìs. En diciembre de 2015, Colombia legalizó el uso terapéutico del cannabis por medio de un marco legal (decreto); el país se ha convertido en el cuarto país de Latinoamérica (después de Uruguay, Puerto Rico y Chile) en legalizar el cannabis medicinal al aprobar un proyecto de ley que autoriza el cultivo y uso del cannabis con fines medicinales y científicos.
Se espera que la mayor producción de cannabis medicinal en el mundo podría estar en Colombia. Para 2018, el país obtuvo un cupo, por segundo año consecutivo, de 40,5 toneladas para sembrar legalmente la planta, lo que equivale al 44% de la producción autorizada por la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) para este año.
Después de Colombia, Estados Unidos es el país con mayor cupo, con 33,4 toneladas aprobadas, seguido por Israel, con 10,1, y Australia con 2,5 toneladas. Un documento de la JIFE habla de un cupo total de 91,9 toneladas de producción legal a nivel global. Europa está interesado en comprar el producto y maquilarlo en Colombia. Esta agroindustria ya está muy desarrollada en Europa.
Diversas investigaciones médicas que respaldan el potencial de los cannabinoides como una alternativa terapéutica para varios problemas de salud crónicos y que afecta a la población mundial, han permitido que muchos países aprueben un marco legal que autoriza el uso del cannabis para investigaciones médicas y uso regulado para las diferentes industrias.
En el 2013, Uruguay se convirtió en el primer país de Suramerica en aprobar una ley que permite el cultivo de cannabis para autoconsumo en el hogar y la plantación en forma cooperativa. Desde entonces varios países latinoamericanos avanzan en legislaciones similares, mientras México, Colombia, Chile y Argentina aprobaron leyes que autorizan el cultivo y uso del cannabis con fines medicinales y científicos.